Thursday, September 13, 2007

HOMENAJE A LOS CARTEROS EN SU DIA

LA CARTA DE TILIN
El simpático duendecito Tilín vivía en el bosque. Una mañana , al calzarse los escarpines, descubrió que los cascabeles de las puntas no hacían ruido. Se le habían gastado de tanto correr. Se puso muy triste porque él se movía alegremente de un lado a otro, haciendo tilín…tilín... Pensó que tenía que escribirle una carta al zapatero para que le mande nuevos cascabeles. Buscó un papel, le escribió una carta y la puso en un sobre pero se acordó que en el bosque no había cartero ni correo para comprar estampillas ¿Cómo podía resolver su problema?
Llamó a la ardilla y le dijo: -Por favor, ardillita, lleva esta carta hasta el fin del bosque y te daré seis nueces. Para no olvidarse las dibujó en el sobre. La ardilla fue saltando de un árbol a otro y cuando llegó al último llamó al conejo y le pidió: -Por favor, conejito, lleva esta carta hasta el campo y te daré cinco zanahorias. Para no olvidarse se las dibujó en el sobre. El conejo cruzó el campo a los saltos y cuando se cansó llamó a un pájaro y le pidió: - Por favor, pajarito, lleva esta carta hasta el pueblo donde vive el zapatero y te daré cuatro semillitas. Para no olvidarse las dibujó en el sobre. El pajarito voló con la carta en el piquito hasta llegar al pueblo, donde encontró un pollito
y le pidió: -Por favor, pollito, lleva esta carta hasta la plaza y te daré tres granos de maíz. Para no olvidarse se las dibujó en el sobre. El pollito corrió hasta la plaza y cuando estuvo en ella buscó a una paloma y le pidió:- Por favor, palomita, lleva esta carta hasta la casa del zapatero y te daré dos semillas de trigo. Para no olvidarse las dibujó en el sobre. La paloma voló hasta la casa del zapatero y cuando llegó al techo llamó al gato y le pidió: -Por favor, gatito, lleva esta carta al zapatero y te daré un trocito de queso. Para no olvidarse lo dibujó en el sobre. El gato bajó corriendo y llegó al lugar donde estaba el zapatero arreglando zapatos. Le entregó la carta del duendecito. El zapatero la leyó, buscó en una caja dos lindos cascabeles, los colocó dentro del mismo sobre, lo cerró y se lo entregó al gato diciendo: -Aquí van. El gato subió con el sobre al techo y se lo dio a la paloma diciendo: -Aquí van. La paloma le entregó el trocito de queso y corrió con el sobre hasta la plaza. Se lo entregó al pollito diciendo: -Aquí van. El pollito le entregó las dos semillas de trigo y voló con el sobre hasta el pueblo y se lo dio al pajarito diciendo: -Aquí van. El pajarito le dio los tres granos de maíz y voló con el sobre hasta el campo. Se lo entregó al conejo diciendo: -Aquí van. El conejo le dio las cuatro semillas y volvió saltando hasta el árbol donde comenzaba el bosque y le entregó la carta a la ardilla diciendo: -Aquí van. La ardilla le dio las cinco zanahorias y corrió de rama en rama y cuando llegó a la casita del duendecito le entregó la carta diciendo: -Aquí están, por fin. El duendecito le dio las seis nueces. Contento, el duendecito, miró el sobre y al ver tantos dibujos se sonrió y dijo: -¡Cuántas estampillas tengo! Sacó los cascabeles, los puso en sus escarpines y corrió por el bosque alegremente.
Una coqueta luciérnaga me contó que el duendecito salta y brinca muy alegre por el bosque haciendo tilín… tilín… mientras los demás animalitos cantan hermosas canciones al son de la música que hacen los cascabeles de sus escarpines.
Adaptación de Ana Bacigalupi

¿Les gustó? Cuando lean el cuento, tomen un sobre y dibujen lo que piden los animalitos...
COMENTARIOS

Mi hermanita y yo lo hicimos y nos salió una estampilla grandota. Vanesa y Gabriela
Felicitaciones usuarias y el sobre lo tiene la seño. Gracias . Ana

1 comment:

Anonymous said...

Mi hermanita y yo lo hicimos y nos salió una estampilla grandota. Vanesa y Gabriela